Guerreros de la luz
Ayudemos a los más necesitados por el Coronavirus
Querida humanidad:
Desde la institución Guerreros de La luz de Cristo y de María Magdalena queremos lanzar una iniciativa de ayuda para la sociedad. Vivimos momentos muy difíciles, eso todos lo sabemos, pero entre todos podemos ir poco a poco avanzando.
Estamos lanzando un llamamiento a toda la humanidad para recaudar fondos, para ayudar a todos los países más azotados del mundo por este virus, a las pequeñas empresas, autónomos, trabajadores, familias desfavorecidas y todas aquellas personas afectadas por este virus que tanto daño está haciendo.
Nosotros nacimos para que la humanidad sienta y vea que Dios no está para hacer daño, ni utilizar a las personas y lucrarse de ellas. Dios está para ayudar a todas aquellas personas que lo necesitan y recurren a él.
Queremos lavar la imagen de Dios en la tierra, queremos dar a conocer quién es realmente Jesús, sus milagros, que sintáis como nuestra madre la Virgen María nos arropa, protege y actúa cuando lo necesitamos, cómo María Magdalena tiene una misión que nunca la dejaron ejecutar y encima mancharon su imagen. Todo esto y más cosas queremos trasladar al mundo entero, pero ahora nos queremos centrar en ese llamamiento del que hemos mencionado al principio.
Si queréis contribuir en una obra sin ánimo de lucro como institución, una obra de caridad lanzada directamente por Dios para la humanidad, para todas aquellas personas que tan mal lo están pasando y no saben cómo afrontar el inicio de sus negocios, la apertura, después de toda esta catástrofe, trabajadores que se quedaron sin empleo, para poder ayudarlos en la medida de lo posible, padres y madres de familia que no saben cómo salir adelante después de quedarse en casa por obligación y perder sus trabajos teniendo hipotecas, recibos y falta de alimentos para sus hijos. Solo debes de contactar con nosotros al correo electrónico:
gdelaluzdecristoymariamagdalen@gmail.com o bien directamente al siguiente número cuenta:
Número de cuenta: ES21 2038 2471 0360 0030 7718
BIC: CAHMESMMXXX
Con todos los donativos que nos enviéis ayudaremos a:
1) Familias que no tengan para comer.
2) Personas que hayan perdido sus empleos y no tengan medios suficientes para vivir.
3) Familias que tengan enfermos que cuidar o personas mayores a su cargo en situaciones de necesidad.
4) Pequeños comercios que sin una ayuda no podrán volver a abrir.
5) Pequeñas empresas que se vean abocadas a la quiebra.
6) Todas aquellas personas con cualquier necesidad urgente.
Recordad la historia del profeta Elías y la viuda de Sarepta. Elías va para Sarepta.
(1 R 17, 10-16)
Se levantó y partió para Sarepta. Cuando llegó a la puerta de la ciudad, había allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «¿Quieres traerme un poco de agua en ese cántaro para que yo beba?» 11 Cuando iba a buscarla, la llamó y le dijo: ¿Podrías traerme también un trozo de pan?»
12 Ella le respondió: «Tan cierto como que vive Yavé, tu Dios, que no tengo nada cocido; sólo tengo un poco de harina en un tiesto y un poco de aceite en un cántaro. Estaba recogiendo dos atados de leña y vuelvo a mi casa para prepararlo para mí y para mi hijo. Lo comeremos y luego moriremos».
13 Elías le dijo: «No temas, anda y haz lo que te digo; sólo que prepara primero un pancito que me traerás, luego harás otro para ti y para tu hijo. 14 Porque esto dice Yavé, Dios de Israel: «La harina del tiesto no se acabará y el aceite del cántaro no se terminará hasta el día en que Yavé haga llover sobre la tierra».
15 Ella se fue e hizo tal como le había dicho Elías, y durante mucho tiempo tuvieron qué comer, éste, ella y el hijo. 16 La harina del tiesto no se acabó y el aceite del cántaro no se terminó, según la palabra que Yavé había dicho por boca de Elías.
Conmovedor ejemplo, la viuda de Sarepta le ofrece al profeta Elías de comer, de aquello que ella misma y su hijo necesitan.
Seguro que todos vamos a pasar por dificultades tras esta pandemia, pero sigamos el ejemplo de esta viuda, con la seguridad de que Dios nos recompensará lo poco o mucho que podamos dar a los demás.
¡Que Dios os bendiga!